sábado, 5 de agosto de 2017

Situación de Alemania: República de Weimar

Situación de Alemania: República de Weimar

Al terminar la Primera Guerra Mundial el país más perjudicado fue Alemania, ya que en el Tratado de Versalles (1919) los países vencedores le impusieron condiciones extremadamente duras, por que lo consideraban el principal responsable de la guerra. Esto provocó que los alemanes se sintieran humillados y alojaban un gran resentimiento, pues, además, gran parte de las ciudades alemanas estaban destruidas.

En el aspecto político, con el fin de la guerra se suprimió la monarquía que había caracterizado al imperio alemán, y se dio inicio a una república parlamentaria y democrática, denominada República de Weimar (por el nombre de la ciudad donde se firmó la nueva Constitución). En este nuevo sistema existía un presidente elegido por voto directo, que tenía amplios poderes, como designar al canciller, quien finalmente ejercía el Poder Ejecutivo.

Al tiempo de aprobar la Constitución, los grupos políticos alemanas se diferenciaron claramente. Por un lado la República fue apoyada por liberales, socialdemócratas y grupos vinculados al centro político. Pero, por el otro lado la nueva Constitución y el gobierno contaron con la oposición de grupos de extrema izquierda y de extrema derecha, como el Partido Nacionalsocialista de Trabajadores Alemanes, conocido como partido nazi. Este partido, creado en 1919, se caracterizaba por su ultranacionalismo y su dura oposición al comunismo y al parlamentarismo liberal. Si bien el apoyo a este partido fue escaso en sus inicios, en la década de 1930, la agrupación y su líder, Adolf Hitler, adquirieron un gran protagonismo.

Durante la década del veinte el partido nazi se organizara formal e ideológicamente. En 1923, los nazis intervinieron violentamente en el escenario político a través de un fracasado intento de golpe de Estado. Hitler y otros dirigentes del partido fueron condenados a prisión, aunque al cabo de un año, fueron liberados por una amnistía general a presos políticos. Desde la prisión Hitler comenzó a escribir “Mein Kampf” (Mi lucha), que salió a la luz en 1925. Con ella se establecieron las bases ideológicas del  nazismo: la afirmación de la superioridad de la raza aria, la crítica a la democracia, el expansionismo territorial, basado en la idea de la consolidación y defensa de un espacio vital, y el anticomunismo. En forma paralela se consolidó el núcleo dirigente del partido y se definió su estructura altamente jerarquizada, que incluía una sección paramilitar encargada de las acciones violentas, y que se encontraba absolutamente sometida a Hitler.
Para el nazismo fue clave la década del treinta. La crisis de 1929 había golpeado a Alemania, provocando un profundo descontento social. El desempleo era muy alto y la inflación había generado un empobrecimiento de la clase media y los sectores obreros. Este escenario fue explotado por la propaganda del partido nazi, que logró convertirse en la segunda fuerza política de Alemania en las elecciones de 1930. Por otro lado, el nazismo obtuvo sostén político y financiero de grandes grupos económicos alemanes que veían con temor el fortalecimiento del Partido Comunista. El apoyo electoral del nazismo fue en aumento, lo que, sumado a la presión ejercida a través de actos de masas y acciones callejeras violentas, llevó a que Hitler fuera nombrado canciller de Alemania en 1933. A partir de este momento se inició el giro hacia un régimen totalitario: el III Reich o Tercer Imperio Alemán. Ese mismo año, Hitler acusó a los comunistas de incendiar el Parlamento Alemán (Reichstag), decretando la prohibición del partido y la supresión de los derechos constitucionales. Al año siguiente, reforzó su control sobre el partido mediante el asesinato de los líderes nazis con los que tenía rivalidades lo que paso a la historia como la “Noche de los cuchillos largos”. Luego, creó una policía secreta llamada Gestapo, que reprimía y controlaba a los disidentes. El Partido Nacionalsocialista pasó, de esta manera, a ser el único partido político permitido.

En forma paralela comenzó la política antisemita, iniciando un proceso de separación de los judíos y un intenso programa de propaganda racista a través de los medios de comunicación. En materia económica, Hitler impulsó un plan estatal que organizaba la producción, los salarios y el comercio. Reactivando la industria bélica, redujo drásticamente el desempleo y posicionó a Alemania como una potencia económica hacia 1939.

Para elaborar el esquema se utilizó la herramienta: Bubbl.us

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